Bélgica ha endurecido este miércoles las medidas para frenar la nueva ola de covid-19, con la vuelta al teletrabajo obligatorio cuatro días a la semana y la reintroducción del uso generalizado de las mascarillas, pero ha evitado cerrar sectores o confinar a colectivos concretos como han hecho otros países europeos.
Además, las autoridades federales belgas han confirmado que se administrará una dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19 a toda la población, aunque la fecha a partir de la cual estará disponible se determinará en las próximas semanas.
“La filosofía es mantener la apertura, pero con medidas de seguridad reforzadas”, ha señalado el primer ministro belga, Alexander de Croo, en una rueda prensa.
“Las decisiones no han sido fáciles de tomar, es decepcionante tener que adoptar medidas de nuevo, pero lo que hemos decidido es un mínimo”, ha añadido el ministro de Sanidad, Frank Vandenbroucke, quien ha insistido en que el país vive “una explosión” de infecciones y que “incluso personas vacunadas acaban en el hospital”.